Tendedero poético
- Madeline Mendieta
- 1 feb 2023
- 6 Min. de lectura
¿Qué excusa puede quedar al verso arrastrado, al duro al redundante, al diminuto, la floxo, u al oscuro?
Horacio/Ars Poética.

Cómo se gestaron mis libros.
En esta sección les contaré la historia de cada uno de mis poemarios publicados pues los libros también tienen sus particulares formas de venir al mundo literario.
Qué fue primero la lectura o el poema?
Entré al mundo literario, por los libros. En mi casa siempre hubo libros, la lectura fue una forma de refugiarme de mis propias ausencias, sobre todo parentales, mis padres biológicos no fueron parte de mi crianza, aunque los 8 años que viví con mi madre pude copiar dos cosas de ella, su mirada fija clavada siempre en novelas, y su deleite fumando mientras leía.
Mi casa adoptiva, tuvo siempre una vitrina con muchas enciclopedias, diccionarios, libros de aventuras Tom Sawyer, La Vuelta al mundo en 80 días, Mujercitas, Huckleberry Finn, entre los que recuerdo fueron mis primeras lecturas las cuales disfrutaba porque en esa época con 2 canales de televisión y una programación muy limitada para la niñez, los libros conversaban conmigo en mis horas que no tenía mucha compañía de mis primas, lo cual era la mayor parte de mi tiempo.
Paralelo a los libros influyeron en mí el Cine y la música, esta última sobre todo porque en mi casa siempre sonaba música. Dedicaré en otro momento un post solo para hablar de mis influencias y gustos musicales. Pero te diré que con muy poca edad, dispuse a hacer una rudimentaria traducción de las letras del álbum "Teaser and the Firecat" de Cat Steven. Los acordes, las metáforas, las imágenes literarias de ese disco, fueron un banquete para mis sentidos. Cuando quiero sentir nostalgia escucho el disco nuevamente.
Estudié literatura en la UNAN-Managua, con la errónea idea que me enseñarían a escribir poesía, aunque ya tenía algunos garabatos sueltos que tenían mucha copia de autores que fui descubriendo poco a poco a través de libros que llegaron de forma inesperada. En la universidad lo que se aprende es a tener herramientas para lecturas comparadas, análisis de las mismas.
Pero escribir, se aprende solo frente a la impetuosa página en blanco. Estar al límite del vértigo creativo es parte del reto, después viene lo más cruel amputar el verso, cercenar párrafos de una prosa cantinflesca, soltarlo, odiar cada estrofa para retomarla o definitivamente tirarla. Negar, negar, mil veces negar que sos un escritor, que eso lo digan otros, no vos. Pero no es falsa modestia, es tener un poco de decencia que en esta profesión, como en muchas otras, la pose narcisista es lo más común. De eso también hablaré en su debido momento.
El Debut
“Se suspende en la esquina de un hilo, la palabra”

Llegué tarde a la literatura, primero me dediqué a vivir, leer, viajar, enamorarme, vivir en pareja, aunque siempre tenía mis garabatos que hurgaban mi conciencia y pedían salir.
Pisé por primera vez un taller literario invitada por la extinta Asociación de Escritoras de Nicaragua (ANIDE), recomendada por Róger Fisher, mi tercer mentor literario. Mis primeros poemas se los mostré a mi abuela Doña Madelina Fernández, también poeta, escritora, periodista y una gran mujer de negocios. Ella con hermosas cartas y cortas conversaciones telefónicas, fue dándome instrucciones de lecturas, de búsquedas. Nunca la vida nos obsequió vernos y abrazarnos. Pero sus afectos me motivaron a continuar.
Las escritoras de ANIDE, siempre me brindaron una confusa apertura en su organización, con las escritoras "jóvenes", las recibían bien, pero eran muy esquemáticas con sus requisitos, para ingresarnos. Pero su labor para divulgar la literatura escrita por mujeres, no solo del país, sino de centroamérica marcó un presidente importante, que no ha sido igualado a la fecha.
Inocente Lengua

Por recomendación de Francisco Ruiz Udiel e Irving Cordero, de quienes me hice amiga en el taller de literatura que organizó ANIDE, llegué al Festival Internacional de Poesía en Granada, en su 2da edición esto fue en el año 2006, ese año el poeta homenajeado fue José Coronel Urtecho, a partir de allí quedé colaborando con el comité organizador durante 15 años.
Los viernes se hacían grupos de poetas que viajaban a diferentes departamentos que eran subsedes ese año me tocó Masaya. Después de la lectura, se me acercó un hombre pelo largo rubio, barrigón alto, de tez sonrosada y bonachona. -Eso que leíste son tus poemas?- Si, respondí- me ofreció su tarjeta y me dijo-enviamelos. Un mes más tarde tenía el poemario traducido al inglés. Su nombre era Rick McCallister, profesor universitario que había estudiado a las escritoras de centroamérica. Nos hicimos buenos amigos, hasta su muerte.
Tenía los poemas traducidos y necesitaba editor, siempre Don Róger Fisher mi amigo y mentor, me presentó con Melvin Wallace, editor y dueño de editorial Amerrisque. Le dije que tenía el poemario listo, a lo que respondió que justo buscaba a una "joven escritora" para publicar porque tenía listo un libro de Mariana Sampson, así que mi primer poemario apareció bilingue con traducción de McCallister, con la editorial que en ese entonces estaba bien posicionada en el mercado, y con la tutela de la poeta Mariana a quien yo admiraba hacía tiempo. Mi libro fue presentado en una feria nacional de libro en el Instituto de Cultura, en el 2007. "Quiero esculpir tu cuerpo, con mi inocente lengua". Es el verso que dio título al primer poemario.
Pétalos de Sal.

Aunque no fue mi segundo poemario escrito, el segundo todavía duerme el sueño de los justos esperando publicación. Pétalos de sal fue una suerte de euforia por la métrica de Haiku japonés. Hacía tiempo que había leído a Basho y Matso y me fascinaron su aguda mirada hacía la sencillez compleja de la imagen. Octavio Paz afirmaba que el haiku, es "la anotación rápida - verdadera creación- en un momento privilegiado". Durante meses sentí ese temblor del momento privilegiado. Escribí todo este poemario entre libretas y mi Blackberry, mientras hacía fila en un banco o supermercado para pagar, en la sala de espera de una consulta médica. La métrica, me obsesionó, pero sobre todo lograr una imagen poética, con un sentido, con la esencia de lo contemplativo, lo poético.
Parafernalia Ediciones, en alianza con el CCEN (Centro Cultural de España en Nicaragua) lanzó una convocatoria para poesía escrita por mujeres en la región. Envié mi poemario "Pétalos de sal" cuyo título lo tomé de una canción emblemática de Fito Paez, la que es una instantánea de la melancolía y la distancia. Parafernalia la dirige el escritor Alberto Sánchez, cuyo trabajo en microficción lo ha colocado como un promotor y gestor de iniciativas a nivel centroamericano.
Este segundo libro fue pensado con un concepto más editorial, el primero tiene altas dosis de espontaneidad con la ingenuidad de una poesía más automática. En este libro, la rigurosidad de la brevedad me hizo tener mejor búsqueda y dominio del lenguaje poético, de la captura del concepto de tres versos que dijeran poco pero insinúan mucho. Agradezco a Salvador Zambrana, poeta nicaragüense y Gustavo Campos, hondureño por estas respectivas publicaciones. Para leer algunos poemas pinchar aquí. y en este siguiente enlace.
Verás que no soy Perfecta.
Estreché amistad con Oscar Estrada, narrador hondureño, por medio de mi amigo Gustavo Campos, escritor sampedrano que nos dejó hace 3 años, ambos por coincidimos en festivales de poesía y narrativa en la región. Oscar fundó la editorial CasaSola con sede en Estados Unidos y ha publicado a narradores centroamericanos. Andrés Moreira un joven que se ha abierto paso en las letras y el quehacer editorial, me contactó para indicarme que la editorial buscaba escritoras para publicar. Verás que no soy perfecta, en realidad fue mi segundo libro que había preparado. Este libro pasó por varios títulos, algunos sacados del mismo poemario. Al final, por la temática y por la naturaleza del poema escrito en tono de autodefinición, de búsqueda, de indicar quién soy y romper la idílica imagen que se hacen de una mujer escritora, también padecemos, tenemos nuestras manías y neurosis y sobre todo somos personas comunes que ejercemos un oficio extraordinario en estas latitudes donde escribir, dedicarse al arte es un acto de imperiosa terquedad.

Así que en el año 2021, apareció esta edición la cual ha quedado corta en relación a la respuesta de los lectores que durante todos estos años me han apoyado y seguido mi trabajo literario, de gestión.
Este libro, tiene tres secciones las cuales definen no solo un íntimo diálogo conmigo, sino con mi "Yo poético", este poemario descorre las cortinas de mi conciliación entre la poesía, la memoria y la familia.
En esta reseña del escritor Maynor Cruz, aborda desde su lectura la epidermis de la obra. (pinchar el nombre para lectura).
Este poemario, igual que los otros me bañan de fuerza porque se entabla una conversación con los lectores que en la mayoría de los casos, no nos conocemos, pero creemos que la poesía tiene la cualidad enorme de cubrir como esas lloviznas risueñas que nos salpican en una tarde que olvidamos cargar paraguas, porque la vida nos asombra con esos momentos que nos sorprenden y nos inundan de gotas de felicidad.
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