1949
- Madeline Mendieta
- 31 may 2024
- 5 Min. de lectura
La añoranza poética de Marina Moncada
Las fechas son boyas que nos señalan, en el océano de la memoria, la profundidad donde podemos navegar. Es que la memoria tiene sus aguas profundas y triángulos de las Bermudas donde suelen perderse por completo grandes embarcaciones de recuerdos. Nuestros recuerdos viven fragmentados en nuestra mente, pero también en nuestra ensoñación.

Marina Moncada, emigró en el año 1979 a Estados Unidos, la guerra contra Somoza hizo que abordara el último avión de la “LANICA”, empresa de aviación nicaragüense con destino incierto y es que emigrar siempre es una maleta repleta de incertidumbres.
Han pasado 45 largos años desde ese evento y esa fecha marca no solo la vida de la que tiempo después debutara tímidamente como poeta, con su primer poemario “Memoria Desplomada”, editada por Ulises Juárez Polanco, bajo el sello Leteo Ediciones.
Posteriormente, aparece la versión en inglés, con el título “The traps of Memory”, de la editorial 400 Elefantes cuyos directores son los escritores Martha Leonor González y Juan Sobalvarro.
En el 2023, una vez más Marina nos sorprende con un nuevo título “1949” su nuevo poemario con la editorial “Lector Disléxico” y del cual vamos a señalar algunos aspectos que han sido su lev motiv en toda su trayectoria como escritora como lo es el tema de la Memoria, no como un antojo poético, sino como un fino tejido que va hilvanando cada resquicio de los recuerdos que Moncada los transforma en poesía.
Muchas vivencias pasadas por el tamiz poético y es que la poesía, igual que la memoria es una sucesión de imágenes que nos evocan nos llevan a un estado de ensoñación y eufemismo.
Maurice Halbawchs sugiere que la memoria es selectiva, pero además es un proceso de negociación para conciliar memorias individuales y colectivas.
Tomando esta afirmación de Halbawchs, la poeta nos devela en cada texto esos recuerdos familiares, lugares, olores, sensaciones que compartimos con la voz poética, su memoria individual la colectiviza al llevarnos a esos momentos. Dice Marina:
“El secreto del gallo pinto
es poner más arroz que frijoles;
del arroz aguado,
más agua que arroz.”
La gastronomía, los olores y sabores son memorias sensoriales que se construyen desde la infancia. En este poema “Receta” nos evoca a esos secretos cotidianos, sencillos que encierran memorias colectivas, la cocina, las recetas son lugares de encuentro familiar. La familia se congrega alrededor de fechas relevantes y la comida es un elemento de diálogo, de encuentro de recuerdos.
El gallo pinto y el arroz aguado son recetas que se comparten con sus variantes en Latinoamérica, son parte de nuestro inventario de identidad y sentido de pertenencia. Tal como lo indica el poema, cada familia tiene su receta y recuerdo propio de la misma.
"Escena familiar" es un poema que abre la sección “Aquí o Allá”, es decir la memoria también son lugares de referencia, sitios que nos dan sentido de pertenencia. El estar en ambos lugares, Nicaragua de su infancia y su actual residencia en California, nos abre ese abanico de puntos y lugares que son también memorias colectivas, no solo para los nicaragüenses, sino para todos aquellos que siempre cargan una mochila emotiva de sus referentes en sus distintos países.

Marina juega con el lenguaje, una de las tantas variantes del spanglish, muy común en estas latitudes y lo mezcla con el intercambio cultural de esas mixturas que hacen una realidad muy variopinta. En este poema, los sabores no solo se mezclan sino también el lenguaje muy común en esta zona donde el idioma español ha ganado terreno por las migraciones latinas.
Hey Chris, I made pollo tapado.
—Is that a Nicaraguan dish?
—Yes! It is like stew, pero con pollo.
Jorge, taladrando la espera
de unos tornillos, mete su cuchara:
—I like your Spanglish, mom!
"Reconciliando Recuerdos" es otra parte del libro que nos lleva al útero materno, ese recóndito lugar que no lo recuerdan los hijos, pero sí las madres. En esa parte del poemario, una vez más Marina nos lleva a un espacio íntimo sus hijos, la relación con ellos, el duelo por el abandono del hogar cuando éstos crecen, en “de sobreviviente a Mujer” la poeta se cubre con su manto maternal y le confiesa a su hija:
“Si te hablo como a una madre,
tengo que ser reverente.
Y es que te ves indefensa,
tan vulnerable te veo
y sos tan diminuta,
que hasta parecés mi hermana”.
Este último verso, “pareces mi hermana” la evocación a la infancia de la poeta se ve proyectada a través de su hija, es decir el recuerdo se encuentra en un punto entre el pasado y el presente donde ella recuerda ese momento exacto.
1949 es la fecha que nació Marina Moncada, y es el título de este poemario. El investigador sobre memorias Michael Pollak, nos dice que las memorias individuales y colectivas son: puntos de referencia, lugares de encuentro, fechas conmemorativas o relevantes que nos recuerdan momentos especiales o un evento catastrófico.

En este sentido, no es usual que un libro de poesía tenga como título una fecha podría especular que hay un guiño Orwelliano, en centrar la atención del lector al año específico. La poeta nos va develando sus memorias desde la mirada de una mujer que ha luchado contra su propia crisis de pertenencia e identidad. Su barrio, su infancia, sus padres, la tragedia de su hermano, la vejez vista con aceptación y alegría.
La nostalgia es la emoción que se resiste al olvido a borrar esos instantes que suelen perderse, pero es a través de la escritura que vamos colocando esas piezas que en nuestro interior nos mueven, nos golpean o nos sacan un suspiro que pide un arrumaco, la sombra de un árbol con sus ramas soplando nuestras memorias. Es que, en 1949, nos encontramos frente a una mujer que con valentía se enfrenta a sus recuerdos, los descarna y nos ofrece una palabra diáfana, con hermosas imágenes poéticas porque Marina si trabaja la memoria a través del lenguaje.
Marina construye imágenes tal como nos señala Gastón Bachelard, en su libro “La poética de la ensoñación”.
“Al pensar en nuestra lengua materna —¿acaso podemos vivir ensoñaciones en otra lengua que esta confiada a la ʺmurmurante memoriaʺ? — creemos reconocer un privilegio de ensoñación en las palabras femeninas. Ya de por sí las desinencias femeninas son dulces”
Esta feminidad, esta ensoñación está presente en 1949, donde la poeta nos va develando las vivencias jugando con el tiempo y los espacios. Salta de Managua a California, tal como lo hacen nuestros recuerdos porque estos aparecen de forma repentina, desordenados, sin previo aviso, de suerte tal que la poeta baraja sus versos y nos devela su pasado, presente y quizás su futuro inmediato. Ese juego del tiempo en cada sección e invita a completar el crucigrama de sus reminiscencias.
El juego de roles de la madre-hija-esposa es una constante en la escritura de Marina, su padres son unas figuras enormes en el recuerdo de infancia, luego nos comparte su dolor con la pérdida de su hermano, de su patria, de sus amistades, posteriormente nos sirve un café y divertida nos comenta sus vivencias como migrante, sus vecinos, sus curiosidades y el asombro de los contrastes culturales.
1949 es un libro sobre las memorias emotivas, los arraigos, apegos a lugares, personas, país en este caso Nicaragua que ha sido escenario de masivas migraciones por desastres naturales, guerras, situaciones socio políticas que empujan a sus ciudadanos a tomar el último vuelo de "LANICA" y en otras latitudes aprender a volar con otra lengua, costumbres y espacio.

Pero también tiene un diálogo con escritores que de una u otra forma han influido en ella, la poesía conversacional se torna cotidiana y amena, Marina, la escritora cuenta en voz alta cómo es el mundo actual, ella habla con Pessoa, George Elliot, Julio Cabrales, Carlos Rigby, Horacio Quiroga entre otros, imprimiendo su particular sentido del humor. En el poema “Requisitos”, la poeta se pregunta a sí misma qué se requiere para ser escritora o ser aceptada por la comunidad literaria, en el último verso sentencia:
¿Y quién le ha dicho a usted que es poeta?
—El evangelio según los prejuicios.
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